A través de especímenes naturales y objetos rituales, artísticos y etnográficos, la muestra ilustra cómo la espiritualidad ha sido la fuerza cohesionadora que ha permitido resistir, transformar y resignificar las múltiples violencias históricas sufridas por los pueblos originarios, las comunidades afrodescendientes, las clases populares y la sociedad brasileña en general, y cómo impregna los procesos de creación y transformación de Brasil.

La exposición se articula en cuatro ámbitos:

1. Pindorama (tierra de palmeras), centrado en la cosmovisión indígena, donde la Naturaleza es el origen y vehículo del espíritu.
2. Abaré Anchieta (amigo/mediador Anchieta), dedicado a la figura del jesuita José de Anchieta y su papel como mediador entre culturas y creencias.
3. Aiyê-Orum, que explora el legado africano, su sincretismo religioso y la trascendencia expresada a través del Candomblé.
4. Seiva (savia), que muestra cómo la espiritualidad pervive en la creatividad artística brasileña, en diálogo con la naturaleza y las tensiones sociales.